Hace pocas semanas fui con los colegas a dejar mis euros a una sala de cine. Me encantaría poder ver todas las películas que me gustan sentado en una cómoda butaca, teniendo ante mí una descomunal pantalla panorámica, a mi alrededor un terrible Dolby Surround, y comiéndome un buen Toblerone. Todo ello, claro, sin tener que estar pensando en el atraco al que fui sometido a la hora de comprar mi entrada. Pero bueno, del salvaje precio del cine, del corporativismo de las grandes empresas del sector y del poco o nulo caso que el Estado hace por tratar de hacernos partícipes legales de esta forma de cultura ya hablaré en otra ocasión. (a la izq.: cartel promocional de "Distrito 9")
La cuestión es que fuimos a ver la última de extraterrestres: "Distrito 9" (Neill Blomkamp, 2009). No sólo nos empujó a su sala las ganas irresistibles de ver una de E.T.´s, ya que había leído un par de cosas sobre la cinta en cuestión: que era el debut del director, que estaba considerada una producción de bajo presupuesto, y que la crítica la ponía como "la Blade Runner del siglo XXI". ¿Resultado? Una auténtica mèrde. Para empezar, la película es pretenciosa por todas partes, la forma de empezarla -de esas que parecen un documental- habría estado bien, de no ser porque te pasas más de media hora sin saber qué es lo que viniste a ver, incluso si te habrás equivocado de sala. Cuando empiezas a coger la idea, y a hacerte figuraciones del cómo y el por qué, ya pasó media película, y es justo en ese instante, abrumado por los efectos especiales, tiros y explosiones sin mesura, cuando te das cuenta de que te acaban de engañar. Todos. Desde el director al guionista, pasando por el productor, y el que hizo la sinopsis y el que imprimió los carteles. ¿Bajo presupuesto? ¿película con fondo? ¿la Blade Runner del siglo XXI? Ja.
Es por todo esto que escribo esta entrada sobre cine. Porque me fastidia bastante ver cómo hoy día se considera una película de "bajo presupuesto" -no averigué el monto final, ni me importa- al debut de Blomkamp, o lo que es peor, cómo se puede llegar al extremo de decir que es una película con un mensaje de fondo. Ni siquiera consigue transmitir nada, ni bueno ni malo. Y se me viene a la mente el cine, el de verdad. Las películas de Buster Keaton - a mi juicio mil veces mejor que Chaplin- lograban, con unas pocas escenas sin sonido y sin color, construir una historia profunda, llena de sensaciones, de variadas lecturas y que aún hoy están a la altura de los mejores cortos. ¡Y todo ello sin hacer ni un sólo gesto con la cara! No en vano era ahijado del grandísimo ilusionista Harry Houdini. (a la der.: Buster Keaton en 1922)
Cortometrajes como "El Carnicero" (The Butcher Boy, 1917) o el desternillante, kafkiano y genial "Policías" (Cops, 1922) son buena muestra de ello. Pero es con los largometrajes, como "El Rey de los Cowboys" (Go West, 1925) donde podemos ver a un Keaton en pleno apogeo inventivo y creativo. Su mejor obra, "El Maquinista de La General" (The General, 1927) es el mejor ejemplo si queremos comprobar cómo se construía el buen cine, realmente con pocos medios y bajo presupuesto, pero con unos guiones excelentes. Escenas como las del cañón sobre raíles crearon escuela, pero la secuencia del choque entre las dos locomotoras pasó a los anales de la Historia del cine como una de las más perfectamente logradas jamás. Otra película digna de mención es "El Héroe del Río" (Steamboat Bill, Jr., 1928), donde Keaton encarna al hijo incompetente y finamente educado del dueño de un barco de transporte en el río Mississippi. Tiene escenas que son inolvidables. Ahora resulta que Amenábar estrena su archipublicitada "Ágora" (A. Amenábar, 2009) con Rachel Weisz como protagonista. Y claro, el argumento enamora, la crítica le hace reverencias, se vuelve a poner en un pedestal a "Tesis" (A. Amenábar, 1996) y a "Abre los ojos" (A. Amenábar, 1997), etcétera, etcétera. Se han gastado millones en efectos especiales, millones en extras, millones en atrezzo, millones en promocionar la película... pero la película resulta que no transmite. Quizá deberían pensar en ir sacándole el sonido al cine, saldría más barato que matar a cientos de miles de guionistas y directores. (a la izq.: fotograma de "Policías", a la der.: escena de "El Maquinista de La General")
1 comentario:
Si de cine se trata, pues me quedo a vivir aquí.
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