Una vez más tenemos delante de nuestros ojos la mejor muestra del doble rasero con que los medios de comunicación españoles tratan ciertas noticias. Hace unos días llegaron a España, rodeados de una potente burbuja mediática, algunos de los disidentes liberados en Cuba. A las pocas horas de pisar el aeropuerto de Barajas ya estaban dando entrevistas en canales de televisión de difusión nacional ("CNN+" y "Canal 24 Horas de TVE") reivindicando una vez más sus posiciones políticas respecto al Gobierno de la isla.
Hoy se anuncia, en el último espacio de portada de la edición digital de la cadena de radio "Cadena SER", que España acoge a un tercer preso procedente de Guantánamo, y en otros medios, como el diario de noticias español de mayor tirada, "El País", ni siquiera aparece la noticia.
¿Cómo es posible que a los disidentes cubanos se les de tantísima relevancia informativa, tantos minutos de protagonismo en espacios de difusión nacional, tantas horas de debate en programas de actualidad, mientras que a los que llegan de la base de Guantánamo ni siquiera se les mencione? ¿Por qué a unos se les aplica la portada, y a otros el silencio?
Unos disidentes que, por mucho que se diga, fueron juzgados con derecho a la defensa, y bajo la tutela de la Ley, fueron condenados por infringir varios artículos de la Constitución cubana, aprobada democráticamente en 1976.
Frente a ellos, tenemos a unas personas que fueron secuestradas por el Gobierno de los Estados Unidos, luego trasladadas a miles de kilómetros de sus hogares, torturadas, encarceladas en condiciones infrahumanas y sin acusación o motivo aparente declarado, en un limbo legal como es la base militar estadounidense de Guantánamo, todo ello supuestamente por ser sospechosos de actos de terrorismo, o colaboración con los terroristas. A todo esto, debemos tener en cuenta que los estadounidenses aplican el término "terrorista" a todo aquel que se resiste a sus tropas.
Estos presos árabes que ahora van a ser trasladados a España nunca han tenido el amparo de la Justicia, ni el derecho a la defensa, ni un juicio. Simplemente llevan años encarcelados en un lugar donde las leyes norteamericanas no tienen jurisdicción, ni donde la ley internacional puede intervenir.
Seguiré esperando a ver si alguien se digna alguna vez a llevar a uno de estos afganos, pakistaníes o iraníes a los micrófonos de la CNN+.
No hay comentarios:
Publicar un comentario