sábado, 27 de febrero de 2010

Orlando Zapata Tamayo, ¿preso político?

Estos días hay mucho revuelo entre algunos miembros de la comunidad cubana en Madrid y en Barcelona, con motivo de la muerte en Cuba de Orlando Zapata Tamayo, tras una larga huelga de hambre. Ayer incluso unas diez o quince personas se han manifestado contra el Gobierno cubano frente a la embajada y en el consulado cubanos en dichas ciudades españolas, protestando por su muerte y pidiendo la "liberación de todos los presos políticos que hay en la isla".

El diario El País -como la mayoría de los grandes medios de comunicación, pero éste en particular- inició el pasado jueves una nueva ofensiva mediática contra Cuba, con varias páginas de su sección de Internacional excusivamente dedicadas a los "Derechos Humanos en Cuba", y dedicándose a colocar columnas de opinión -que más les valdría denominar "de editorial"- poniendo en la picota a Fidel, a Raúl Castro y a la Revolución entera por este tipo de acciones contra la libertad de conciencia y de expresión. Bien, como a cualquier ciudadano que fuese mínimamente consciente de su presencia en este mundo, me hubiera gustado mucho poder encontrar alguna declaración de algún representante del gobierno de la isla caribeña -aunque fuese en una esquinita marginal- para poder conocer la otra versión de los hechos, pero como siempre, nada, un silencio infinito. Sólo bravatas y arengas políticas.

Es por ello que, tratando de cotejar la información, llega a mis manos un artículo en el que se dice quién es realmente este "preso político" llamado Orlando Zapata Tamayo. Una vez leído dicho artículo, me resulta sorprendente el sentido que para los grandes medios tiene la condición de "preso político", porque el señor Zapata Tamayo resulta que, habiendo iniciado su actividad delictiva en 1988, estaba condenado por los delitos de “violación de domicilio” (1993), “lesiones menos graves” (2000), “estafa” (2000), “lesiones y tenencia de arma blanca” (2000), le había provocado heridas y fractura lineal de cráneo al ciudadano Leonardo Simón, con el empleo de un machete, “alteración del orden” y “desórdenes públicos” (2002), entre otras causas. Pero sigamos, que hay más. Continúo citando el artículo, "fue liberado bajo fianza el 9 de marzo de 2003 y volvió a delinquir el día 20 del mismo mes. Dados sus antecedentes y condición penal, fue condenado esta vez a 3 años de cárcel, pero la sentencia inicial se amplió de forma considerable en los años siguientes por su conducta agresiva en prisión." Vamos, lo que en cualquier parte del mundo civilizado sería un delincuente, un inadaptado social, para los grandes medios se trata de un "preso político".

Lo más triste de todo esto es que este pobre desgraciado fue utilizado -por alguna de las que se autodenominan "formaciones democráticas de oposición"- como arma arrojadiza contra la Revolución, cuando le aconsejaron que se acogiese a la objección de conciencia y a una huelga de hambre, seguramente con la promesa de que las autoridades cubanas accederían finalmente a sus peticiones de excarcelación. Pero es bien sabido ya que Cuba no accede a chantajes políticos, resultando en fallecimiento la situación del pobre Orlando Zapata.

Pero todo da igual. Orlando ha cumplido su función, que era darle a los grandes medios de comunicación internacionales la oportunidad de, una vez más, atacar a Cuba con lo que sea, aún a sabiendas de que mienten. Porque la información empleada, en este caso por el diario El País, proporcionada por la agencia española EFE, afirma rotundamente que Orlando Zapata Tamayo era un "preso político" encarcelado, sin haber comprobado siquiera que "en la lista de los llamados presos políticos elaborada para condenar a Cuba en 2003 por la manipulada y extinta Comisión de Derechos Humanos de la ONU no aparece su nombre". ¿En qué posición quedan los grandes medios de comunicación internacionales, una vez más, con actuaciones como ésta? ¿No se agotará nunca su capacidad de descrédito?

Mientras los medios se rasgan las vestiduras porque Cuba deja morir de hambre a este tipo de "presos políticos", la policía marroquí de nuestro país vecino "apaleaba y detenía a la estudiante de la Universidad de Marrakech, Zahra Budkur (septiembre de 2008), junto a centenares de compañeros, y los confinaba en la siniestra comisaría de la Plaza Jamaâ El Fna, siendo salvajemente torturada, obligada a permanecer desnuda durante días, mientras tenía la menstruación, delante de sus camaradas." Su delito: participar en una marcha pro-saharaui. De esto no se hicieron eco los grandes medios de comunicación, ni El País. Porque si para ellos en Cuba un delincuente común es un "preso político", en Marruecos no existen las violaciones de Derechos Humanos.

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